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Copenhague 2009: El fracaso predecible

22 December 2009

Por el colaborador del IIRE Michael Löwy.

Nosotros (quiero decir los marxistas, ecosocialistas, los activistas radicales por la justicia climática), eramos bastante pesimistas respecto a la llamda Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y habíamos predicho que Copenhague acabaría en fracaso. Decíamos que el sistema capitalista no conoce más criterio que la acumulación, la expansión acelerado y el aumento de los beneficios, y que por tanto es incapaz de tomar medidas mínimas necesarias para impedir la catástrofe del cambio climático. Y como sabíamos que la inmensa mayoría de "líderes mundiales" presentes en Copenhague no son más que fieles lacayos de los intereses capitalistas, pensábamos que la Conferencia se limitaría a promesas vagas acerca de una reducción de las emisiones de CO2 del 50% para 2050. En una palabra, pensábamos que la montaña de Copenhague no daría luz más que a un ratón.

 

Bueno, debo admitir que nos equivocamos. No éramos lo bastante pesimistas. La conferencia de Copenhague no parió un ratón sino una cucaracha. Kyoto fue en su día un gran fracaso, puesto que sus objetivos eran ridículamente bajos (una reducción del 5% para 2012), y los métodos utilizados, como el "mercado de derechos de contaminación", totalmente incapaces de lograr cualquier avance significativo. Pero Copenhague es mucho, mucho menos que Kyoto, que al menos aceptó la necesidad de comprmisos acordados a nivel internacional.

¿Qué ha ocurrido? China acusó a EEUU de no comprometerse con ninguna medida significativa para reducir las emisiones; EEUU acusó a China de no aceptar ningún compromiso internacional para reducir las emisiones. Ambos insistieron en que no podían hacer nada si el otro no se movía. Europa explicó que no podía tomar iniciativas sin EEUU y China. En lo único en que se pusieron alegremente de acuerdo fue en la necesidad urgente de no hacer nada.

Qué esperanza nos queda? La única esperanza que existe está en las 100.000 personas que se manifestaron en las calles de Copenhague, provenientes de Dinamarca, Escandinavia, Alemania, Europa y el mundo entero, que reclamaban medidas radicales, denunciaba la irresponsabilidad de los "líderes responsables", reinvindicaban justicia climática y proponían "Cambiar el sistema, no el clima". O bien en los miles que desfilaron pacíficamente hasta las puertas de la Conferencia, tratando de establecer un diálogo con los representantes "oficiales", y que fueron recibidos con gases lacrimógenos y porrazos, y que vieron como sus portavoces (como Tadzo Müller) eran arrestados por "incitación a la violencia". O bien en los miles que participaron en los debates del KlimaForum, que adoptaron una resolución denunciando las seudo-soluciones del sistema ("mercado de carbono" y demás). Hay también esperanza en líderes políticos como el presidente boliviano Evo Morales (entre las poquísimas excepciones) que mostraron solidaridad con el movimiento de Justicia Global, y denunciaron el capitalismo como el sistema responsable del desastroso calentamiento global.

Conclusión: hace muchos años, el famoso poeta y cantante Joe Hill del sindicato americano International Workers of the World (IWW) dijo, justo antes de ser fusilado por las autoridades bajo falsas acusaciones: "No os lamentéis, organizaos". Debemos volver a nuestros países, organizar a la gente, en el campo, en las fábricas, en los colegios, en las calles para construir un gran movimiento internacional que luche contra el sistema, que imponga un cambio radical para salvar de la destrucción, no "el planeta" (que no está en peligro) sino la vida en este planeta.

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